jueves, 21 de junio de 2007

BOLIVIA: EVO SE DOBLA Y EL LIBRE COMERCIO AVANZA

Andinos y europeos acuerdan establecer, en dos o
tres años, una zona de libre comercio, donde las grandes
empresas transnacionales, que producen mucho, y a
bajo precio y con tecnológia de punta compiten de igual a igual con las precarias industrias
locales, que producen caro, artesanalmente y con poca eficacia.
Los empresarios y la derecha aplauden, los sectores sociales y campesinos temen lo peor.
La Paz , junio 18, 2007.- Aunque ejerció a plenitud su derecho al pataleo, el presidente de Bolivia, Evo Morales, cedió a la amenaza de los gobiernos neoliberales de Perú y Colombia, y accedió a iniciar negociaciones con la Unión Europea para establecer un tratado de libre comercio (TLC).
En la Cumbre de Tarija, la Comunidad Andina de Naciones (CAN), conformada por Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, decidió la pasada semana (12 al 14 de junio) avanzar, en dos a tres años, en un intercambio comercial que permita que las grandes empresas transnacionales, que producen mucho, a bajo precio y con tecnología de punta, compitan de igual a igual con las precarias industrias locales, que producen caro, artesanalmente y con poca eficiencia.
Hasta antes de la realización de la Cumbre , la suerte de la CAN parecía echada, al confrontarse la negativa boliviana para ir hacia el libre comercio con los europeos y la presión contraria de peruanos y colombianos, decididos a quebrar a la CAN , si es que no se avanzaba hacia un TLC, muy similar al que acordaron con Estados Unidos.
Realismo mágico.
La crisis terminal parecía definitiva hasta que Morales cedió y la América indígena y morena volvió a beber de la inagotable fuente del realismo mágico, transformando la virtual defunción de la CAN en una verdadera fiesta de integración, a mitad de semana en los valles sureños de Tarija, una pequeña población boliviana fronteriza con Argentina.
Allí, los presidentes se abrazaron, se llenaron de elogios y abjuraron de todos los maleficios y malos augurios que anunciaban su caída y el fin del ambicioso sueño de integración, forjado hace 38 años en torno a la sustitución de importaciones y a la industrialización de las naciones clavadas a los pies de la Cordillera de Los Andes.
En las cálidas tierras del sur de Bolivia, los presidentes pusieron paños fríos a los desacuerdos y trataron de enterrar los malos recuerdos, las amenazas y presiones que habían cruzado desde fines del mes pasado, cuando el presidente indígena, Evo Morales, congeló en el frío de La Paz el inicio de las negociaciones entre los andinos y la Unión Europea.
En la Cumbre de Tarija, los presidentes de Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, con la adhesión de Chile, anunciaron a sus pueblos que la CAN se estaba recuperando de la postración en la que quedó sumida hace un año, con la salida de uno de sus socios (Venezuela), y que, superadas las desavenencias y la resistencia boliviana, ahora emprendía el camino sin retorno hacia el libre comercio con Europa.
Unidad y diversidad.
Expresamos nuestro convencimiento de que es necesario desarrollar y profundizar el proceso de integración de la Comunidad Andina tomando en cuenta en forma más efectiva las visiones y enfoques de los países miembros, con el objetivo de lograr una unidad en la diversidad al servicio del vivir bien de nuestros pueblos y de la armonía con la naturaleza”, señala la declaración protocolar rubricada por los presidentes Álvaro Uribe de Colombia, Alan García del Perú, Rafael Correa del Ecuador y el anfitrión Morales, quienes destacaron que era “necesario forjar una integración integral más equilibrada entre los aspectos sociales, culturales, económicos, ambientales y comerciales”.
Hubo sonrisas y aplausos, pero detrás del protocolo, sin embargo, el principal invitado a la Cumbre , el libre comercio, amenazaba con dar el zarpazo final a un proceso integracionista que ya se olvidó de la industrialización y que está partido en dos, con unos socios anhelando un comercio irrestricto y sin barreras con Estados Unidos y Europa y con otros dos renuentes a entrar sin defensas ni protección a un sistema que pone a las grandes empresas transnacionales a competir de igual a igual con la producción de artesanos, pequeños industriales y campesinos que aún usan arado y bueyes.
Dos visiones, un camino.
Dos de los socios de la CAN (Perú y Colombia, que tienen gobiernos de corte neoliberal) se han lanzado en brazos del libre comercio, sólo miran para el norte y quieren arrastrar a los demás a establecer un comercio sin restricciones al estilo del Alca, que paso a paso se va abriendo campo en la región. Los otros dos (Bolivia y Ecuador, con administraciones populistas), en cambio, nadan en dos aguas, tratando de no alejarse demasiado de los andinos ni del libre comercio con Europa y Estados Unidos, pero sin animarse tampoco a entrarle a fondo a lo que proclaman para la tribuna, al comercio justo, al Alba, al TCP con Venezuela y Cuba.
Hay dos visiones, pero, al final de las desavenencias, la CAN encontró sólo un camino. La decisión de la Cumbre fue negociar en dos a tres años un tratado de libre comercio con la Unión Europa , desmantelando el arancel externo común, que protege parcialmente hasta ahora los mercados andinos de la invasión de productos extranjeros, y abriendo la competencia directa en precios y calidad entre la producción transnacional y la generada precariamente en los andes.
La Cumbre , a modo de consuelo, abrió también la posibilidad para que los países como Bolivia y Ecuador puedan, si así lo quieren, evitar la privatización de los servicios públicos, proteger sus conocimientos tradicionales, preservar su biodiversidad y dar al Estado un rol un poco más activo en la promoción y fomento de las actividades económicas
Ablandando el TLC?
Y así lo hizo constar el presidente Morales, resignado a ceder en muchas cosas, pero con los bríos suficientes para no ceder en todas. "Es importante las negociaciones, el comercio, pero más importante es la vida y la integración de nuestros pueblos. Son importantes los acuerdos comerciales sin abandonar los principios sociales", clamó Morales en el acto inaugural de la Cumbre andina, en la que urgió a los europeos y sus socios de la CAN a promover acuerdos que no acentúen las desigualdades ni la explotación de los más pobres a manos de los más ricos. "No podemos privatizar el agua (...) Eso es del pueblo. No podemos permitir que se privatice la vida. No puede ser primero el mercado que el ser humano”, dijo al intentar rescatar la esencia de un proceso de integración de los pueblos que promueva el desarrollo interno, lejos de los esquemas neoliberales de comercio que priorizan la acumulación de los capitales en pocas manos.
Según el presidente boliviano, los ejes de la integración andina y de las negociaciones con los europeos, iniciadas formalmente en la Cumbre de Tarija, deberían articularse en torno a los principios tradicionales de los pueblos indígenas del “ama sua”, “ama llulla” y el “ama k'ella”, y nutrirse también de una ideología y política “anticolonial” y “antineoliberal”.
Defensa neoliberal
Otras son, sin embargo, las ideas que animan a Perú y Colombia. Al recibir la presidencia pro tempore de la CAN , de manos de Morales, el presidente Uribe hizo una amplia defensa del neoliberalismo y de las ventajas de otorgar total seguridad jurídica a las transnacionales y a las empresas privadas nacionales, abogando por un acuerdo comercial con los europeos que deje de lado las ideologías y que, por el contrario, avance empujado por las realidades económicas.
“Tenemos muchos retos, el reto de esta negociación que hoy se ha lanzado con la Unión Europea , yo confío que nos salga bien, confío en esa noción pluralista tan importante en la Unión Europea para que en el curso de las negociaciones comprenda nuestras diferencias, unos países andinos pueden ir más profundamente en unos capítulos, otros no, yo creo que con realismo, con sinceridad, con fraternidad, eso se puede ir manejando”, precisó Uribe, quien, junto al peruano García, destacaron las concesiones hechas por Morales,
"El esfuerzo que ha hecho Bolivia por flexibilizar sus posiciones es una muestra fraterna de voluntad integracionista que todos los demás países agradecemos y especialmente el Perú", dijo García apenas llegó a la “chura” Tarija, donde no mencionó para nada la advertencia que había lanzado en Lima de retirar a su país de la CAN si Morales seguía impidiendo el inicio de las negociaciones con la Unión Europea.
Negociaciones y acuerdo
Enterradas las diferencias, la declaración de Tarija es elocuente en torno al rumbo de las negociaciones con los europeos. “Destacamos la importancia del lanzamiento de las negociaciones del Acuerdo de Asociación entre la Comunidad Andina y la Unión Europea , el cual representa un paso fundamental en las relaciones biregionales, que estamos seguros contribuirá al bienestar, al progreso y al desarrollo equilibrado y armónico de nuestros pueblos. En este contexto, saludamos la aprobación de la Decisión 667”, dice la declaración final.
Esta Decisión establece en su primer articulado que “ la Comunidad Andina reconoce la existencia de diferentes niveles de desarrollo y enfoques económicos entre sus países miembros, los cuales se tomarán en cuenta en la negociación conjunta de un Acuerdo de Asociación entre la Comunidad Andina y la Unión Europea y el derecho a expresar sus diferencias y negociar, según sea el caso, diferentes niveles de alcance y profundidad en los temas y compromisos de dicho Acuerdo”.
En su artículo segundo dice que “las asimetrías existentes entre la Comunidad Andina y la Unión Europea y al interior de la Comunidad Andina serán reconocidas y reflejadas en los compromisos que las partes asuman, asegurando un Trato Especial y Diferenciado para Bolivia y Ecuador”.
Atepdea y TLC
Al concluir la Cumbre de cuatro horas, Uribe, el nuevo presidente de la CAN , también convocó a los andinos a actuar juntos para gestionar una ampliación de las preferencias arancelarias que otorga hasta el 30 de junio el gobierno de Estados Unidos a los productos de Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador.
"Tenemos al desafío de hacer gestiones ante el gobierno y el Congreso de Estados Unidos para la ampliación de las preferencias. Respetamos la decisión de Ecuador y Bolivia de no negociar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y al mismo tiempo se respeta la decisión de Perú y Colombia de haber negociado un TLC", agregó el presidente de Colombia, quien destacó que "mientras termine el proceso de aprobación y se implementa (el TLC) debemos tener la ampliación de las preferencias".
Aplausos y temores.
Concluida la Cumbre , los empresarios y la derecha boliviana se lanzaron al festejo, mientras las organizaciones sociales y campesinas mantenían su temor por el rumbo de las negociaciones.
“Lograr un acuerdo con la Unión Europea es fundamental porque se traducirá en una ampliación de mercados, en la perspectiva de promover el desarrollo económico y social de Bolivia”, dijo la empresarial cámara del comercio.
En la otra vereda, en un comunicado público, dirigentes campesinos y obreros manifestaron que “la profundización de libre comercio, que es la esencia del acuerdo que busca la Unión Europea con la Comunidad Andina , es un retroceso para los países y pueblos que quieren liberarse del colonialismo y del neoliberalismo”.
http://www.econoticiasbolivia.com
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