Tabaré Vázquez.
La verdad revelada al alcance de su mano.
Andrés Capelán.
“Todos los uruguayos, los que estamos aquí, los que están afuera, estamos vivos y mañana vamos a estar muertos”. Tabaré Vázquez al Congreso del Frente Amplio, 22.11.98 MONTEVIDEO/URUGUAY/25.06.07/COMCOSUR AL DÍA – Si el que dice tonterías, deja que los militares le tomen el pelo, y se abraza con el hijo del dictador es él: ¿Por qué me da vergüenza a mí? Que el presidente Vázquez diga tonterías de tanto en tanto no es algo gracioso, pues quien dice tonterías: piensa tonterías. Que haya legitimado con un abrazo al hijo y máximo abogado defensor del dictador Juan María Bordaberry (el mismo que divulgó las grabaciones clandestinas que le hizo a su primer ministro Gonzalo Fernández), fue como un rodillazo en los testículos. Pero lo que más me preocupa es que el presidente diga cosas que nunca nadie imaginó que diría y que haga cosas que nunca dijo que haría, como firmar un TIFA con EE.UU., como prohibir la despenalización del aborto, como poner en un plano de igualdad a los terroristas de Estado y a sus víctimas... Ya durante la campaña electoral, el presidente Vázquez comenzó a hablar como un predicador evangélico, recorriendo el escenario micrófono inalámbrico en mano, gesticulando al uso, y hablando a la gente a los ojos. No en vano, para el acto de cierre de su campaña eligió la canción de Diego Torres “Color Esperanza” (“Sé que hay en tus ojos con solo mirar...”). Luego, parapetado tras el medio tanque de acero con el escudo nacional que se mandó confeccionar, el presidente Vázquez comenzó a elegir escenarios ampulosos para pronunciar sus discursos. La primera vez que habló como presidente, eligió como fondo una columnata del Palacio Legislativo policromada con luces escénicas y ordenó que el coro del Sodre le cantara el “Aleluyah”. Para conmemorar los dos años de su gobierno mandó construir una bandera de Artigas de 40 metros de largo por 5 de alto. La última vez que habló, delante de un racimo de quince grandes banderas uruguayas lució algo más pagano, ya que la gestalt resultante remitía directamente a “El nacimiento de Venus” de Boticelli. Finalmente, en su última aparición pública, se le vio solo, muy solo, orando frente al monumento a José Artigas con sus ministros, sus militares y la derecha como testigos. Al presidente Vázquez se le ve cada vez más lejano, ya no es aquél muchacho nacido en un barrio obrero que corría de la parroquia al club “Arbolito”; ya no es la cabeza de ratón del humilde Club Atlético Progreso. Ahora, al igual que Artigas, es nuestro Padre, nuestro Hermano Mayor orwelliano, nuestro mesías, nuestro profeta. Sólo él tiene la verdad, sólo él sabe lo que es bueno para nosotros, pobres e ignorantes mortales que no entendemos su mensaje iluminador. El 24 de agosto de 2004, el candidato Tabaré Vázquez prometía “Un gobierno que en vez de encerrarse en los despachos gobierne desde los problemas que debe resolver; un gobierno que en vez de mirar a la gente desde arriba camine junto ella; un gobierno que no confunda teleaudiencia con ciudadanía; en fin, un gobierno que acompañe a la gente en sus problemas cotidianos y en sus esperanzas.” Pero bueno, las cosas son como el dice: “cambia, todo cambia”... Amén.
Quise compartir con ustedes el árticulo de Capelán, por coincidir plenamente con lo expuesto. No podemos negar que Vázquez durante su campaña electoral pasada uso un discurso muy bien estudiado, quién lo haya aconsejado sabía muy bién lo que el pueblo quería oir, y en un país donde ya no se creía en los políticos supo darle el "tinte" religioso, que indudablemente camina.
El pueblo? El pueblo me hace recordar el libro de Jack London, El Burlado.
No se si las cosas son -como el que dice;"cambia, todo cambia", mas bien las veo como un pasaje a agregar a la nueva versión uruguaya del libro El burlado. El problema está que en esta "pieza teatral" del gobierno, aún no sabemos el autor o los autores del guión, pero no caben dudas, de quienes son los personajes, cada día mejor definidos.
El Sr. Presidente, no se ha quedado solo, el pueblo si lo está. No solamente a quedado en soledad, también despreciado y menospreciado. Como todo "profeta", el Presidente sabe que es mejor para sus "hijos",y, así como las "siete plagas de Egipto" debemos vivir las nuestras, para entrar en razón, y aprender de los malos pasos que hemos dado por haber querido hacer los cambios que nuestra sociedad se merece. Esos cambios, que lo llevaron a él a la presidencia, y a otros miembros "arrepentidos" al lugar que hoy están ocupando.
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